En la actualidad el perro labrador es una de las razas de perro que está más de moda. Su carácter dulce y su desmedido amor por los seres humanos lo convierten en un compañero fiel y leal. No obstante no hay que olvidar sus orígenes como perro de caza y dos aspectos fundamentales relacionados con su instinto ancestral.

En primer lugar, el cobro. Como perro que nació cazador tiene la necesidad de sentirse útil a su amo o líder de la manada. Esto significa que desea que se le encargue alguna tarea concreta. No necesitamos practicar el deporte de la caza para que nuestro perro sea feliz. Basta con que disfrute trayéndonos el periódico, un juguete o cualquier otra cosa. El labrador es un perro que necesita desde la más tierna infancia que le guíen y le indique con claridad sus funciones y sus límites. Un correcto adiestramiento y educación son fundamentales para los cachorros de labrador.

Su segunda necesidad vital es el agua. Es un magnífico nadador y le encanta disfrutar del agua siempre que puede. Cuando se sumerge en el líquido elemento pone en movimiento todo su cuerpo, fortaleciendo así sus articulaciones, sus músculos, mejorando la postura, sumando fuerza a su pecho y también a sus patas. Es capaz de usar su cola a modo de timón, orientando todo su cuerpo desde atrás para nadar más eficazmente.